XIV Taller Internacional "Comunidades 2019: Historia y Desarrollo"
Comunidades 2019
La alerta del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz respecto al cambio climático implícitamente expresa que, con las insuficientes medidas actuales para el calentamiento global, no es posible a largo plazo salvar a la humanidad de la destrucción, especialmente a los estados insulares como el nuestro. El transcurso de los sucesos confirma esta advertencia.
El 30 de noviembre de 2015 se inauguró en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en la Tierra, bajo la sigla COP 21. El objetivo central consistió en comprometer a las naciones del planeta a aunar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global en el presente siglo XXI hasta 2 0C.
Este propósito no basta. Está en desacuerdo con los efectos registrados en escala planetaria por el calentamiento, ya alcanzado, a causa de la acción en la atmósfera de los gases de efecto invernadero, con el primer lugar para el dióxido de carbono (CO2).
En pleno siglo XXI, las ambiciones de los más poderosos, la incoherencia del sistema capitalista que arrastra tras de sí a la parte más pobre de la humanidad incluyendo a gobiernos de países en desarrollo, y la enajenación que el propio capitalismo ha generado en no pocos gobiernos más o menos exponentes, o simplemente no exponentes del gran capital, están construyendo un estado psicosocial análogo al que desencadenó la Segunda Guerra Mundial, salvando las diferencias asociadas a una conflagración bélica como aquella.
No pocos voceros al servicio del gran capital vinculado a los intereses petroleros, con supuesta formación científica, han pretendido negar que existe un cambio climático influido por la acción antropológica. En general, esos voceros presumiblemente a sueldo proclaman que el cambio climático responde en lo fundamental a la evolución natural del clima.
Pero a lo largo del siglo XX hubo un aumento de la temperatura media de la Tierra en el entorno de 0,6 0C, principalmente debido a la contaminación de la atmósfera a causa de la actividad de los seres humanos. El mayor aporte a este aumento se registró, muy significativamente, en la segunda mitad del siglo, pese a que las dos guerras mundiales se libraron en la primera mitad. Este aporte superior fue determinado por el aumento vertiginoso de la emisión de gases de efecto invernadero producida por la acción antropogénica.
En el siguiente apartado de este trabajo se hará el análisis que confirma el enunciado final del párrafo anterior. El petróleo debe emplearse con la mayor rapidez posible en la producción de medicamentos y otros usos en interés del bienestar humano. Para los revolucionarios cubanos este es otro compromiso moral que tenemos con el Comandante en Jefe de la Revolución.
La alerta del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz respecto al cambio climático implícitamente expresa que, con las insuficientes medidas actuales para el calentamiento global, no es posible a largo plazo salvar a la humanidad de la destrucción, especialmente a los estados insulares como el nuestro. El transcurso de los sucesos confirma esta advertencia.
El 30 de noviembre de 2015 se inauguró en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en la Tierra, bajo la sigla COP 21. El objetivo central consistió en comprometer a las naciones del planeta a aunar esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura global en el presente siglo XXI hasta 2 0C.
Este propósito no basta. Está en desacuerdo con los efectos registrados en escala planetaria por el calentamiento, ya alcanzado, a causa de la acción en la atmósfera de los gases de efecto invernadero, con el primer lugar para el dióxido de carbono (CO2).
En pleno siglo XXI, las ambiciones de los más poderosos, la incoherencia del sistema capitalista que arrastra tras de sí a la parte más pobre de la humanidad incluyendo a gobiernos de países en desarrollo, y la enajenación que el propio capitalismo ha generado en no pocos gobiernos más o menos exponentes, o simplemente no exponentes del gran capital, están construyendo un estado psicosocial análogo al que desencadenó la Segunda Guerra Mundial, salvando las diferencias asociadas a una conflagración bélica como aquella.
No pocos voceros al servicio del gran capital vinculado a los intereses petroleros, con supuesta formación científica, han pretendido negar que existe un cambio climático influido por la acción antropológica. En general, esos voceros presumiblemente a sueldo proclaman que el cambio climático responde en lo fundamental a la evolución natural del clima.
Pero a lo largo del siglo XX hubo un aumento de la temperatura media de la Tierra en el entorno de 0,6 0C, principalmente debido a la contaminación de la atmósfera a causa de la actividad de los seres humanos. El mayor aporte a este aumento se registró, muy significativamente, en la segunda mitad del siglo, pese a que las dos guerras mundiales se libraron en la primera mitad. Este aporte superior fue determinado por el aumento vertiginoso de la emisión de gases de efecto invernadero producida por la acción antropogénica.
En el siguiente apartado de este trabajo se hará el análisis que confirma el enunciado final del párrafo anterior. El petróleo debe emplearse con la mayor rapidez posible en la producción de medicamentos y otros usos en interés del bienestar humano. Para los revolucionarios cubanos este es otro compromiso moral que tenemos con el Comandante en Jefe de la Revolución.
Sobre el ponente
José Enrique Nieto Sánchez