El sistema eléctrico nacional (SEN) muestra signos de agotamiento de su vida útil, lo que hace necesario buscar soluciones sostenibles a largo plazo para su reconstrucción y modernización. La vía principal es la progresiva penetración de fuentes renovables con la consecuente disminución de la fracción de energía fósil, actualmente mayoritaria y la elevación de la eficiencia del uso final de la energía. La energía solar fotovoltaica resulta una alternativa competitiva a pesar de su carácter intermitente que hace imprescindibles el uso de medios de acumulación, que elevan apreciablemente los costos. Resultan muy flexibles los sistemas centralizados de refrigeración y bombas de calor conformando esquemas híbridos de suministro de servicios energéticos en escenarios con altas demandas de refrigeración y calefacción que permiten multiplicar los flujos energéticos disponibles según sus coeficientes de desempeño (COP), generalmente superiores a la unidad, disminuyendo la relación costo-beneficio. Estos sistemas permiten acumular energía almacenando fluidos térmicos, que en ciertas aplicaciones pueden resultar más flexibles, económicos y menos contaminantes que las baterías electroquímicas. Se proponen en este trabajo algunas alternativas poco utilizadas que pueden resultar en incrementos de la eficiencia global de utilización de tecnologías fotovoltaicas.