La sociedad no es homogénea, es el resultado de un proceso multicultural de interacciones entre distintos sectores, poblaciones y comunidades. Esta premisa permite entender el por qué pueden existir distintas lógicas para asumir procesos organizativos y formas de comprender la justicia; a pesar de esto, el acuerdo de conformación de un Estado de Derecho, privilegió el modelo institucionalizado, permitiendo que este se imponga sobre los demás. Observar las posturas de comunidades y sectores sociales que tienen diversos puntos de vista en relación con el ser y el vivir, permite que se pueda analizar la manera como coexisten las justicias en sociedades multiculturales. Así, desde una perspectiva que parte de un enfoque metodológico crítico y constructivista, se retoma la epistemología del sur para coordinar instrumentos y acciones metodológicos indispensables al momento de revisar la manera en que se vienen intentando armonizar discursos y políticas entorno a la coexistencia de sistemas de justicia. Estas discusiones, permiten comprender como el Derecho, desde un discurso hegemónico, posibilita la participación de las minorías por medio del pluralismo jurídico. Entonces, la multiplicidad de sistemas de justicia, sustentadas en el modelo de justicia formal - ordinaria, y justicia no formal – alternativa, pueden coexistir siempre que lo alternativo se someta al sistema hegemónico, el cual es respaldado por las dinámicas colonialistas del Estado. Pero, si se parte de una lógica decolonial, un accionar polifónico, un contrato social equilibrado tendría en cuenta la coexistencia armónica de ordenamientos jurídicos y modelos de justicias alternativas e incluso emergentes.