Las comunidades se encuentran ante una grave crisis de identidad, los procesos cambiantes y dinámicos de la sociedad, le han desplazado a un ámbito de incertidumbre, credibilidad y desconfianza en donde los nuevos sujetos y movimientos sociales entraron en un conflicto en torno a sus expectativas. No hablamos de un problema de eficacia, que se podría resolver mediante una mejora técnica, sino de legitimidad. 

Las comunidades forjaron su identidad en un contexto de certezas (fabricación de la socialización, ciudadanía, integración social y laboral de los ciudadanos). Sin embargo, también con promesas no cumplidas (movilidad social e igualdad), que fueron malogradas y la abocaron a su actual incertidumbre. No sólo fue incapaz de lograr la promesa de la igualdad, sino que se ha develado también, en toda su crudeza, su papel crucial en la reproducción de las desigualdades sociales y culturales que prometía combatir. Progresivamente, se ha ido mostrando incapaz de hacer frente a las condiciones más volátiles o turbulentas en y para la diversidad: flexibilidad, adaptabilidad, creatividad, complejidad, continuo cambio, incertidumbre, etc. 

Consideramos que, para el proceso de investigación en el ámbito del Ser Diferente y no Claudicar ante la Indiferencia. Diálogo e Identidad en la Construcción de Comunidad, la construcción de categorías de análisis en el marco de la crítica de la práctica social y su proceso histórico es prioritario, a partir de la construcción de categorías y niveles conceptuales que nos permiten explicar y comprender el modelo y enfoque de desarrollo implementado en las últimas décadas. 

El fundamento teórico y epistémico nos permite reconocer la interacción dialéctica entre los derechos colectivos vs los derechos individuales; las prácticas institucionales vs las prácticas comunitarias; las relaciones dialógicas vs relaciones unilaterales; encuentros vs desencuentros; conflictos vs tensiones, etc. 

La construcción de las categorías: modernización, etnia, nación, vida cotidiana, intercultural, pluralismo, diferencia, inclusión, desigualdad y resistencia, orientan el análisis para comprender la diferencia y la desigualdad, así como, el reconocimiento y/o la indiferencia, la reducción y/o la equivalencia, lo que permite evidenciar el cuestionamiento a la cultura y sus reduccionismos conceptuales y prácticos en las políticas públicas implementadas durante los últimos años en América Latina. 

La construcción conceptual de la interculturalidad y la inclusión permitirá resignificar y cuestionar la relación entre los avances normativos de la Política Pública y sus referentes conceptuales de los organismos multilaterales, las demandas específicas de las comunidades y la realidad concreta y contradictoria en materia de equidad social en nuestra región.