Executive Secretary
        
      
14th International Workshop "Communities 2019: History and Development"
Communities 2019
Abstract
Es usual escuchar desde los medios de difusión masiva la afirmación de que hoy vivimos en la 
sociedad del conocimiento, sociedad del conocimiento impulsada por la innovación y que se 
caracteriza por el aprendizaje continuo  (Rodríguez Batista 2019), sin ser  suficiente ese 
conocimiento por sí solo, aislado de la práctica y del contexto. 
El conocimiento hoy propicia un nuevo producto, la innovación, y tiene que estar caracterizado 
por la necesidad aprender algo nuevo cada día, que permita vínculos con la economía y con la 
sociedad, a la  vez que la sociedad tiene necesariamente que estar educada con conciencia crítica 
y científica. En ese sentido, la universidad cubana del siglo XXI juega un papel muy importante.
Sin embargo, no debemos asumir de manera simplista a la innovación, o definirla como  el 
proceso mediante el cual sale el conocimiento de la universidad y se transfiere directamente a 
las empresas o al sector productivo, en una línea carente de dinamismo, porque realmente ahí 
intervienen importantes actores que son y deben ser facilitadores de ese proceso.
El tema de la transferencia de conocimientos y la manera en cómo se gestiona la ciencia, ha 
sido motivo de debate desde mediados del siglo XX. Países como España, Francia, Estados 
Unidos, Colombia han sido pioneros en la creación de sistemas integrados de innovación, que 
encuentran su respaldo en políticas públicas que enfatizan en los sistemas de relación 
establecidos entre la universidad y el sector productivo y social. 
Cuba no existe independiente de estas pretensiones y muestra como conquista la aprobación de 
una política sobre la creación de parques científico-tecnológicos, que  ha permitido establecer 
un grupo de acciones para reducir barreras o limitaciones existentes en el proceso de generación 
y transferencia de tecnología y de conocimiento, por el logro de una interrelación que beneficie 
a ambos sectores. 
Según la Dra Ondina León, Directora de Ciencia y técnica del MES, el mejor ejemplo es la 
relación de  BioCubaFarma  y la Universidad de La Habana, aunque con otros ministerios y 
otras empresas también las universidades han hecho importantes trabajos de innovación; por 
ejemplo, con el Ministerio de Energía y Minas se han creado laboratorios conjuntos y 
desarrollado tecnologías que ya están siendo incorporadas al sector de la energía renovable. 
En este sentido, otro referente importante lo constituye el Instituto de Biotecnología de las 
Plantas (IBP) de la Universidad Central de las Villas, adscripto al Ministerio de Educación 
Superior.  Un centro de investigación de avanzada en la actividad científico, tecnológica y 
productiva en la esfera de la Biotecnología Vegetal, que se caracteriza por la calidad de los 
resultados científico - productivos de sus trabajadores en la investigación y la producción.
Su labor se apoya en tres líneas de investigación fundamentales: la propagación masiva de 
plantas, el mejoramiento genético y el desarrollo tecnológico. Estas líneas realizan sus 
actividades a través de proyectos, estableciendo  un balance entre las investigaciones básicas, 
aplicadas y de innovación tecnológica; conformando, in situ, redes de transferencia e 
innovación tecnológica que van a influir en la difusión de la innovación y la tecnología 
incidiendo en la productividad agrícola y la seguridad alimentaria del país.
Hay ejemplos importantes de como el IBP ha establecido laboratorios conjuntos en el extranjero 
por medio de convenios de colaboración con diferentes países y una cartera interesante de 
proyectos, tanto nacionales como internacionales. Además de la gestión de posibilidades para 
no solo impactar con estos productos y tecnologías a nivel nacional sino para atraer capital del 
exterior, o sea, inversión extranjera.
La propagación masiva de plantas por embriogénesis somática constituye uno de los aportes 
más significativos del IBP al desarrollo agrícola y vegetal del país. Este método permite el 
incremento de la eficiencia productiva, la conservación del material vegetal y la posibilidad de 
renovación de las plantaciones afectadas ante cualquier daño atmosférico.
La transferencia tecnológica de embriogénesis somática en cafeto a través de la red de 
investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) pretende articular un sistema  en todos los 
sectores implicados que limiten impedimentos, restricciones e incomprensiones existentes en 
el proceso en pos de la eficiencia. Factores que son consecuencia, entre otros de la poca 
capacidad de asimilación del cambio de nuestras empresas e incluso de nuestros gestores.
Y cuando hacemos referencia a las capacidades no debemos solo pensar en el interés o no de 
asimilar la tecnología y los beneficios que esta pueda aportar a corto o mediano plazo, sino 
también de la capacidad de infraestructura, de contar con los recursos humanos preparados para ello. Por eso es tan importante generar el conocimiento e insistir en la formación del profesional 
competente, adiestrado y capacitado en estos temas.
La red de I+D+i son asociaciones de grupos para el desarrollo de actividades de investigación 
y desarrollo tecnológico a partir de proyectos de investigación con el objeto de complementar 
capacidades y un adecuado reparto de actividades o tareas (Sebastián, 1999) hacia el desarrollo 
de una línea de investigación conjunta y vinculada estrechamente a un centro  formal de 
investigación. Dicha vinculación se orienta al logro de resultados comunes provenientes de una 
política de desarrollo científico, social, tecnológico e innovativo en cualquier área del 
conocimiento humano.
Nacen formalmente con el avance y desarrollo de la ciencia partir de los cambios en sus 
concepciones y la creación de los Sistemas Nacionales de Ciencia y Tecnología en el siglo XX. 
En este contexto, constituyeron el desarrollo de los principios de la inter y trans disciplinariedad 
al ubicar el  estudio de cualquier objeto de investigación a partir de la visión y apoyo de las 
distintas disciplinas.
Con el inicio de un nuevo modelo de desarrollo globalizador dentro del contexto de la sociedad 
del conocimiento implantado a finales de los 90 y principios del presente siglo, más el auge de 
los sistemas de información y de comunicación avanzados como INTERNET, las relaciones de 
cooperación y desarrollo tecnológico constituyeron el catalizador necesario para la 
interconexión de dichas redes.
Esta dinámica de la ciencia y la producción industrial hizo que los esfuerzos llevados por los 
centros de investigación y desarrollo configuraran las primeras redes de investigación y 
cooperación tecnológica en los países desarrollados gracias a la existencia de formas de 
comunicación más eficientes, a la inversión en la investigación como vehículo de desarrollo y 
la creación y gestión de los sistemas de ciencia y tecnología en un nuevo orden post-industrial.
En este sentido, en América Latina a mediados de los años noventa se aprecian los primeros 
cambios en las políticas de ciencia y tecnología impulsadas por organismos internacionales 
como la CEPAL, el SELA, el BID y la OEA. Dichos cambios se concentraron básicamente en 
la reorganización institucional de la gestión  en los sistemas de ciencia y tecnología, así como 
en los cambios introducidos por las legislaciones que le daban a los Estados una mayor 
responsabilidad en el apoyo y fomento de las actividades de Investigación y Desarrollo 
(Sánchez, 2004) facilitando las conexiones de los mecanismos de cooperación tecnológica que 
dieron inicio formal a las redes de investigación en el continente y su relación con las ya 
existentes en el resto de los países del globo.
Referencias Rodríguez Batista (2019) en  http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/03/12/interrelacion-universidad-empresas-en-cuba-la-ciencia-inversion-o-gasto-podcast/
Sánchez, G. (2004) Los Sistemas de Ciencia y Tecnología en Tensión: Su Integración al Patrón 
de Reproducción Global. Convergencia, volumen 11 (035) p. 193-220 Sebastián, J. (1999) Las redes de cooperación como modelo organizativo y funcional para la 
I+D. Redes, volumen 7, (15)
Resumen
Es usual escuchar desde los medios de difusión masiva la afirmación de que hoy vivimos en la 
sociedad del conocimiento, sociedad del conocimiento impulsada por la innovación y que se 
caracteriza por el aprendizaje continuo  (Rodríguez Batista 2019), sin ser  suficiente ese 
conocimiento por sí solo, aislado de la práctica y del contexto. 
El conocimiento hoy propicia un nuevo producto, la innovación, y tiene que estar caracterizado 
por la necesidad aprender algo nuevo cada día, que permita vínculos con la economía y con la 
sociedad, a la  vez que la sociedad tiene necesariamente que estar educada con conciencia crítica 
y científica. En ese sentido, la universidad cubana del siglo XXI juega un papel muy importante.
Sin embargo, no debemos asumir de manera simplista a la innovación, o definirla como  el 
proceso mediante el cual sale el conocimiento de la universidad y se transfiere directamente a 
las empresas o al sector productivo, en una línea carente de dinamismo, porque realmente ahí 
intervienen importantes actores que son y deben ser facilitadores de ese proceso.
El tema de la transferencia de conocimientos y la manera en cómo se gestiona la ciencia, ha 
sido motivo de debate desde mediados del siglo XX. Países como España, Francia, Estados 
Unidos, Colombia han sido pioneros en la creación de sistemas integrados de innovación, que 
encuentran su respaldo en políticas públicas que enfatizan en los sistemas de relación 
establecidos entre la universidad y el sector productivo y social. 
Cuba no existe independiente de estas pretensiones y muestra como conquista la aprobación de 
una política sobre la creación de parques científico-tecnológicos, que  ha permitido establecer 
un grupo de acciones para reducir barreras o limitaciones existentes en el proceso de generación 
y transferencia de tecnología y de conocimiento, por el logro de una interrelación que beneficie 
a ambos sectores. 
Según la Dra Ondina León, Directora de Ciencia y técnica del MES, el mejor ejemplo es la 
relación de  BioCubaFarma  y la Universidad de La Habana, aunque con otros ministerios y 
otras empresas también las universidades han hecho importantes trabajos de innovación; por 
ejemplo, con el Ministerio de Energía y Minas se han creado laboratorios conjuntos y 
desarrollado tecnologías que ya están siendo incorporadas al sector de la energía renovable. 
En este sentido, otro referente importante lo constituye el Instituto de Biotecnología de las 
Plantas (IBP) de la Universidad Central de las Villas, adscripto al Ministerio de Educación 
Superior.  Un centro de investigación de avanzada en la actividad científico, tecnológica y 
productiva en la esfera de la Biotecnología Vegetal, que se caracteriza por la calidad de los 
resultados científico - productivos de sus trabajadores en la investigación y la producción.
Su labor se apoya en tres líneas de investigación fundamentales: la propagación masiva de 
plantas, el mejoramiento genético y el desarrollo tecnológico. Estas líneas realizan sus 
actividades a través de proyectos, estableciendo  un balance entre las investigaciones básicas, 
aplicadas y de innovación tecnológica; conformando, in situ, redes de transferencia e 
innovación tecnológica que van a influir en la difusión de la innovación y la tecnología 
incidiendo en la productividad agrícola y la seguridad alimentaria del país.
Hay ejemplos importantes de como el IBP ha establecido laboratorios conjuntos en el extranjero 
por medio de convenios de colaboración con diferentes países y una cartera interesante de 
proyectos, tanto nacionales como internacionales. Además de la gestión de posibilidades para 
no solo impactar con estos productos y tecnologías a nivel nacional sino para atraer capital del 
exterior, o sea, inversión extranjera.
La propagación masiva de plantas por embriogénesis somática constituye uno de los aportes 
más significativos del IBP al desarrollo agrícola y vegetal del país. Este método permite el 
incremento de la eficiencia productiva, la conservación del material vegetal y la posibilidad de 
renovación de las plantaciones afectadas ante cualquier daño atmosférico.
La transferencia tecnológica de embriogénesis somática en cafeto a través de la red de 
investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) pretende articular un sistema  en todos los 
sectores implicados que limiten impedimentos, restricciones e incomprensiones existentes en 
el proceso en pos de la eficiencia. Factores que son consecuencia, entre otros de la poca 
capacidad de asimilación del cambio de nuestras empresas e incluso de nuestros gestores.
Y cuando hacemos referencia a las capacidades no debemos solo pensar en el interés o no de 
asimilar la tecnología y los beneficios que esta pueda aportar a corto o mediano plazo, sino 
también de la capacidad de infraestructura, de contar con los recursos humanos preparados para ello. Por eso es tan importante generar el conocimiento e insistir en la formación del profesional 
competente, adiestrado y capacitado en estos temas.
La red de I+D+i son asociaciones de grupos para el desarrollo de actividades de investigación 
y desarrollo tecnológico a partir de proyectos de investigación con el objeto de complementar 
capacidades y un adecuado reparto de actividades o tareas (Sebastián, 1999) hacia el desarrollo 
de una línea de investigación conjunta y vinculada estrechamente a un centro  formal de 
investigación. Dicha vinculación se orienta al logro de resultados comunes provenientes de una 
política de desarrollo científico, social, tecnológico e innovativo en cualquier área del 
conocimiento humano.
Nacen formalmente con el avance y desarrollo de la ciencia partir de los cambios en sus 
concepciones y la creación de los Sistemas Nacionales de Ciencia y Tecnología en el siglo XX. 
En este contexto, constituyeron el desarrollo de los principios de la inter y trans disciplinariedad 
al ubicar el  estudio de cualquier objeto de investigación a partir de la visión y apoyo de las 
distintas disciplinas.
Con el inicio de un nuevo modelo de desarrollo globalizador dentro del contexto de la sociedad 
del conocimiento implantado a finales de los 90 y principios del presente siglo, más el auge de 
los sistemas de información y de comunicación avanzados como INTERNET, las relaciones de 
cooperación y desarrollo tecnológico constituyeron el catalizador necesario para la 
interconexión de dichas redes.
Esta dinámica de la ciencia y la producción industrial hizo que los esfuerzos llevados por los 
centros de investigación y desarrollo configuraran las primeras redes de investigación y 
cooperación tecnológica en los países desarrollados gracias a la existencia de formas de 
comunicación más eficientes, a la inversión en la investigación como vehículo de desarrollo y 
la creación y gestión de los sistemas de ciencia y tecnología en un nuevo orden post-industrial.
En este sentido, en América Latina a mediados de los años noventa se aprecian los primeros 
cambios en las políticas de ciencia y tecnología impulsadas por organismos internacionales 
como la CEPAL, el SELA, el BID y la OEA. Dichos cambios se concentraron básicamente en 
la reorganización institucional de la gestión  en los sistemas de ciencia y tecnología, así como 
en los cambios introducidos por las legislaciones que le daban a los Estados una mayor 
responsabilidad en el apoyo y fomento de las actividades de Investigación y Desarrollo 
(Sánchez, 2004) facilitando las conexiones de los mecanismos de cooperación tecnológica que 
dieron inicio formal a las redes de investigación en el continente y su relación con las ya 
existentes en el resto de los países del globo.
Referencias Rodríguez Batista (2019) en  http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/03/12/interrelacion-universidad-empresas-en-cuba-la-ciencia-inversion-o-gasto-podcast/
Sánchez, G. (2004) Los Sistemas de Ciencia y Tecnología en Tensión: Su Integración al Patrón 
de Reproducción Global. Convergencia, volumen 11 (035) p. 193-220 Sebastián, J. (1999) Las redes de cooperación como modelo organizativo y funcional para la 
I+D. Redes, volumen 7, (15)
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Yeline Pozo Nuñez