El sector turístico ha sido el más dinámico de la economía cubana en los últimos 25 años. Se ha consolidado en sus indicadores principales. Así, desde el inicio de su prioridad por parte del Gobierno (se usa generalmente el año 1990) hasta el año pasado, las llegadas se han multiplicado 13 veces y los ingresos 12 veces. Estas cifras parten de que en 2018 se alcanzó la cifra de algo más de 4,7 millones de visitantes y se ingresen más de 3325 millones de dólares. Sin embargo, este encomiable actuar ha estado continuamente retado por avatares externos que, como el bloqueo económico, comercial y financiero que todavía hoy padecemos, los ataques terroristas de fines del pasado milenio y la continua agresión en falsas noticias emitidas en Estados Unidos de América, han incidido en que no hayan sido mayores los avances de Cuba. Además de estos retos externos, hemos vivido otros que han ido desde los impactos sustanciales de fenómenos naturales hasta la forma de inserción del sector no estatal en la economía turística. Ante la realidad que estamos viviendo, el presente trabajo se propone diagnosticar la situación actual del turismo cubano y la necesidad de un cambio de paradigma en el desarrollo turístico de cara al futuro.