A partir de la década del 90 se asume en el campo de las ciencias sociológicas la nueva concepción de la ruralidad como opción para el desarrollo local. No obstante, se ha constatado en estos escenarios que la división del trabajo tradicional de género se reproduce e, incluso, se refuerza. Comprender el turismo desde el enfoque de género implica analizar cómo las mujeres y los hombres contribuyen, experimentan y se ven afectados o beneficiados, de forma individual y colectiva por el desarrollo del turismo. El escenario propuesto para el desarrollo de la investigación es Crucita, un balneario que territorialmente está localizado como zona rural del cantón Portoviejo en la Provincia de Manabí, el cual es muy visitado por los atractivos con los que cuenta. El contexto está marcado por hombres que asumen las tareas en el exterior mientras que las mujeres tienden a ocupar las del interior. La propuesta de esta investigación, situada en el paradigma dialéctico materialista, va dirigida a potenciar el cambio desde el interior de estos negocios familiares para visibilizar a la mujer y promover el encuentro con el hombre, impulsado también con el apoyo de la gestión gubernamental del Gobierno autonomía descentralizado (GAD).