Los estudios de estabilidad de sistemas eléctricos persiguen alcanzar un punto de funcionamiento estable tras perturbaciones. Los sistemas aislados son sensibles a desequilibrios entre generación y demanda, la pérdida de generación o disturbios por fallas, provocan variaciones de frecuencia y ángulos de rotores. Este problema de estabilidad se debe a la poca inercia de las máquinas (accionados por motores diésel o fuel) y donde cada generador representa una parte considerable de la demanda. Además, dichas redes aisladas están poco malladas y con niveles de tensión inferiores a los de sistemas interconectados, por lo que la estabilidad en ellas es un problema de primer orden. La metodología de estudio de estabilidad se basa en modelos que permitan realizar simulaciones de la respuesta del sistema ante disturbios como: pérdida súbita de generación o fallas, para analizar, acorde al tiempo de operación selectiva de sus protecciones y automáticas, si el sistema regresa al estado de equilibrio y factible a su operación. La investigación se realiza en el Sistema Eléctrico Aislado Cayo Santa María (SEACSM), donde se han presentado problemas de estabilidad e incluso cero totales, cuyo objetivo principal es comprobar la estabilidad del mismo ante fallas o variaciones en sus regímenes de operación típicos, lo que se expone a partir de gráficos explicativos de ángulo de rotor, velocidad, frecuencia y operación de automáticas y protecciones. Se arriba a resultados importantes, con recomendaciones para que dicho sistema sea más estable, evitando afectaciones que provoquen la interrupción total o parcial del servicio eléctrico.