El concepto de injusticia socioambiental, mucho más que una proposición teórica, ha sido un motor para denunciar el resultado perverso de la deformación que sufren las relaciones de los seres humanos entre sí y con la naturaleza, y se evidencia cada vez más como un importante e irrefutable indicador de desigualdad social. La información recopilada por las investigaciones sobre este tema, cuando se asocia con información sobre datos de salud de la población, ofrece una perspectiva analítica que refuerza la comprensión del impacto de la desigualdad social como determinante social de la salud o la enfermedad. Sin embargo, todavía quedan vacíos por llenar respecto de cómo esta dinámica puede poner de relieve, especialmente, el sufrimiento psicológico. El desafío, además de la evidente dificultad para establecer conexiones causales entre estos datos, es establecer el marco de salud y enfermedad a utilizar, dado que el marco médico-psiquiátrico tiene un carácter limitado y conservador, en la medida en que la estipulación del sufrimiento es dadas por directrices que a menudo están alejadas de la realidad de las poblaciones vulnerables por la injusticia ambiental. Por ello nos proponemos presentar una revisión preliminar de las iniciativas que buscan conectar los datos sobre injusticia socioambiental y salud, para luego problematizar los principales aspectos a considerar para que se pueda identificar cómo la injusticia socioambiental impacta la salud mental de las personas. salud y comunidades afectadas.