La enseñanza de las ciencias enfrenta el desafío de avanzar promoviendo una educación activa, experiencial y conectada con la realidad. Limitar la docencia de las ciencias únicamente a la teoría no solo restringe la comprensión profunda, sino que implica perder la oportunidad de que la ciencia sea vivida como lo que realmente es: un proceso de construcción de conocimientos a través de la observación, la experimentación y el razonamiento. El presente trabajo tiene como propósito analizar los beneficios y limitaciones de la enseñanza de las ciencias en el sistema escolar chileno, enfocándose en la tensión entre el abordaje exclusivamente teórico y la necesidad de incorporar prácticas experimentales significativas. Para ello, se realizó una revisión narrativa de literatura nacional e internacional sobre didáctica de las ciencias, complementada con un estudio exploratorio mediante encuestas aplicadas a docentes y estudiantes de educación básica y media en distintas regiones de Chile. En las aulas chilenas, persiste una fuerte tendencia a enseñar ciencias desde los textos y la memorización, lo que genera estudiantes que reproducen conceptos sin comprender los fenómenos ni desarrollar pensamiento crítico. Se constata la necesidad del vínculo teoría-práctica para un proceso de enseñanza-aprendizaje significativo y para la vida. Incorporar la práctica, ya sea mediante experimentos, proyectos, indagaciones o trabajo en terreno, permite que los estudiantes cuestionen, se equivoquen y construyan aprendizajes relevantes, fortaleciendo su autonomía y su capacidad de aplicar el conocimiento. Superar este desafío es fundamental para formar ciudadanos críticos, autónomos y preparados para los desafíos del entorno.