Se precisa romper con las estrecheces mentales que asumen a los adultos mayores como improductivos, limitados en sus posibilidades de aportar y obligatoriamente destinados a acabar en una institución especializada de cuidados. Se necesita una sociedad en la que puedan estar todos, cada uno dentro de sus especificidades, una de ellas la edad. Por ello la interdependencia y la solidaridad intergeneracional - dar y recibir de manera recíproca entre individuos, así como entre generaciones- son elementos medulares en esta concepción de envejecer activamente. La calidad de vida que disfrutarán los abuelos de hoy y de mañana dependerá de los riesgos y las oportunidades que experimenten a través de toda su vida. También, de la forma en que las generaciones sucesivas les proporcionen ayuda y soporte mutuo cuando sean necesarios. El envejecimiento de la estructura poblacional es éxito y oportunidad. Es un elemento que permite y permitirá la reforma a la solidaridad intergeneracional, debe verse al futuro como el enriquecimiento de una etapa de la vida desde posturas activas con amplio aporte productivo y reproductivo.