La necesidad de asumir a la participación considerando el proyecto que le da direccionalidad y la diferenciación de sujetos implicados ha sido establecida por el Centro de Estudios Comunitarios de la UCLV como superación de su tratamiento abstracto. Su consecuencia lógica es incorporar la temporalidad como dimensión analítica dentro de la diferenciación porque la sucesión temporal no implica a todos los sujetos desde la lógica social de la actividad de que se trate, a su vez permite establecer una tipología de condición de participación que muestra el estado de simetría social presente en el proceso al correlacionar dentro de una matriz de datos la distribución empírica y la distribución teórica. Al respecto se establece para el proyecto como indicadores de la sucesión temporal: demanda, decisión, ejecución, impacto, control. La situación de las pequeñas comunidades costeras constituye un ámbito de aplicación donde la temporalidad de la participación constituye un requerimiento de gobernanza de la sostenibilidad ambiental del hábitat pues la proyección de reubicación espacial que se cierne sobre ellas y las ya ocurridas a varios kilómetros de la costa impactan de manera profunda en su vida cotidiana, no solo en el ejercicio laboral relacionado con la costa, sino además en toda la subjetividad involucrada con el arraigo al ambiente marino. Mucho más cuando las decisiones son tomadas a muchos kilómetros de distancia física y de estructura social en un proceso de exclusión donde los afectados son atendidos solo en términos de percepción del peligro, riesgo y vulnerabilidad.