La gamificación se ha consolidado como una estrategia pedagógica eficaz para niños de 5 y 6 años, favoreciendo su motivación, atención, creatividad y aprendizaje significativo. Incorporar dinámicas lúdicas, recompensas simbólicas y retroalimentación inmediata estimula funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, la concentración y el sentido del logro. El presente estudio se desarrolla bajo un tipo de investigación cuantitativa, centrada en el análisis bibliométrico, que tiene como finalidad evaluar, medir y describir patrones de producción científica asociadas al campo específico del conocimiento.

En el ámbito motor, la gamificación fortalece habilidades gruesas y finas mediante actividades físicas gamificadas, como circuitos o retos de coordinación. Este enfoque no solo mejora el equilibrio, la orientación espacial y la velocidad de reacción, sino que también fomenta la socialización, la autonomía y la resolución de problemas. Estudios recientes evidencian mejoras significativas en la percepción de competencia motriz, la participación activa y el desarrollo cognitivo-social.

Sin embargo, su efectividad depende de una implementación adecuada. La falta de supervisión profesional, recursos tecnológicos o espacios físicos apropiados puede limitar sus beneficios. Además, es fundamental adaptar las actividades al contexto sociocultural y a las capacidades individuales de los niños, especialmente aquellos con necesidades educativas especiales.

Finalmente, la gamificación representa una herramienta educativa integral, con alto potencial para el desarrollo sensomotriz y cognitivo en edades tempranas, siempre que se aplique con planificación, personalización y objetivos educativos puntuales.