La sostenibilidad de un proyecto de sociedad con miras a desarrollar la democracia y en correspondencia la justicia social posible, tiene en la participación un componente inherente a su materialización, por lo que su ejecutoria constituye una premisa ineludible, sobre todo, en una sociedad como la cubana sometida a un férreo bloqueo por más de 60 años, por el gobierno de los Estados Unidos. El cumplimiento cabal de la misión a la que está llamada la universidad en Cuba, de formar profesionales integrales armados de las herramientas científico-técnicas requeridas para el ejercicio de sus profesiones y a la vez, conscientes del papel que les corresponde como ciudadanos activos, partícipes también del desarrollo social, impone grandes retos en la actualidad. En el trabajo que se presenta, la participación social es concebida como un valor a lograr, por su significación positiva para el desarrollo de la sociedad que se construye, para sus miembros en particular y como vehículo inseparable de la formación y el ejercicio de la ciudadanía, máxima expresión de las cuotas de justicia social a conquistar. El trabajo recoge las principales ideas desarrolladas en el marco del proyecto institucional Eduvalor: Educación valores, ciudadanía: retos para la formación del profesional matancero.