El parque automotor en Cuba está conformado por más de 500 mil vehículos de tracción que utilizan combustibles fósiles (gasolina y diesel); una gran mayoría presenta un promedio de explotación superior a los 20 años, consumiendo de forma ineficiente una cifra cercana a las 900 mil toneladas de combustible y con una alta emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera (contaminación), fundamentalmente en las ciudades. La electrificación de este tipo de tecnología estaría en la dirección estratégica de contribuir con la seguridad e independencia energética del país al reducir su dependencia con el petróleo, aumentando al mismo tiempo la eficiencia energética y la disponibilidad técnica de los medios de transporte, más ello requiere que las baterías, uno de las componentes básicas que inciden en el costo de los vehículos eléctricos, la autonomía del mismo y calidad de su explotación, sea de alta calidad o al menos cumplan los requisitos mínimos que se establezcan para las mismas. Para lograr este objetivo, es necesario tener una instalación que permita realizar los ensayos correspondientes para evaluar el estado técnico y la seguridad de las diferentes tecnologías de baterías que se importen y/o aquellas que se produzcan nacionalmente para su uso en los VEs. El presente trabajo propone una primera aproximación al diseño de un laboratorio para esta evaluación, partiendo de los equipos que son requeridos de acuerdo al grupo de ensayo a realizar y el estudio de oportunidad de su implementación.