Las situaciones de emergencia provocadas por desastres naturales o tecnológicos generan impactos profundos en la vida de las comunidades afectadas, incluyendo no solo pérdidas materiales y humanas, sino también severas repercusiones en la salud mental. Este trabajo investiga cómo la falta de planificación y articulación en las acciones de reconstrucción afecta el bienestar psicológico de las poblaciones impactadas. El objetivo principal es proponer estrategias específicas para la actuación de psicólogos en el período posterior al desastre, promoviendo el protagonismo comunitario en la reconstrucción del territorio. Entre los objetivos específicos, se destaca la necesidad de incluir la salud mental en los planes de reconstrucción e integrar información entre los servicios de defensa civil, asistencia social y salud. La investigación parte del supuesto de que los desastres interrumpen los procesos de desarrollo humano y exigen respuestas que vayan más allá de medidas emergenciales. La conclusión señala que las emergencias representan una oportunidad para establecer servicios sostenibles de atención psicosocial, siempre que exista continuidad en las inversiones y acciones estructuradas a largo plazo.